Esto es un ejercicio que se realiza en Máquinas Teatrales al que Severo llama "Libro".
Invito a la duda de saber que es armado y que es robado...
Con la ayuda de Eduardo Galeano y su "Días y noches de amor y de guerra", ahi vá.
A partir de Hoy, nada va a ser igual.
Vamos a oler menos a humo y mas a verdad.
Sin una gota de sangre, Sin una lágrima, Sin una certeza.
Ellos entraban rengueando y yo, en la mision mas dificil de mi vida, esperaba, cantaba y suspiraba.
Despues de los temporales aparecen ellos, y me vienen a buscar.
"Has tenido dos paludismos en un mes" me repetia Roberto... No entienden nada, no saben que yo te contaba historias cuando eras chicos y vos las veias fluir por la ventana.
El pueblo tenia, al borde del mar, donde la costa se abre, tres granaderos mirando al sur y ocho mirando al Oeste.
Un automóvil se me vino encima y yo, muda, me quede inmóvil, respirando profundo queriendo que canten con cierto énfasis las caras que me venian a buscar en aquella noche. Aquella noche que Maria Padilla habia nacido en la mugre y la poca pulcritud del rio, en el borde. Tenia la frente arrugada y cara de pocas pulgas. El me dijo que ella vivía en un hotel en pleno centro de Bs As., que sus noches duraban como asombro de gurí, que sus días parecian lo lindo y lo feo que está en el tiempo.
Cuando la fueron a buscar ella queria que me sentara adelante, me mira, la escucho y me dice "qué habrá quedado de él". En días bravos el Pepe supo hacerme un lugarcito en su casa.
Maria agradecida pero no endeudada , por esa época, con su vocecita ronca, comiendo fainá con cerveza, me decía... Si son enfermos los torturadores, qué nos queda, qué buitre podrá? La multitud, que escuchaba en silencio empezó a murmurar, unos médicos franceses que eran los mas entendidos dijeron: despertamos a una chancha que dormia en el portal y ya no pudimos descansar intentamos... pero entonces, mordió el caño y apretó el gatillo.
Nada mas supimos de esos hombres, sólo de vez en cuando las drogas generan jovenes conservadores.
Invito a la duda de saber que es armado y que es robado...
Con la ayuda de Eduardo Galeano y su "Días y noches de amor y de guerra", ahi vá.
A partir de Hoy, nada va a ser igual.
Vamos a oler menos a humo y mas a verdad.
Sin una gota de sangre, Sin una lágrima, Sin una certeza.
Ellos entraban rengueando y yo, en la mision mas dificil de mi vida, esperaba, cantaba y suspiraba.
Despues de los temporales aparecen ellos, y me vienen a buscar.
"Has tenido dos paludismos en un mes" me repetia Roberto... No entienden nada, no saben que yo te contaba historias cuando eras chicos y vos las veias fluir por la ventana.
El pueblo tenia, al borde del mar, donde la costa se abre, tres granaderos mirando al sur y ocho mirando al Oeste.
Un automóvil se me vino encima y yo, muda, me quede inmóvil, respirando profundo queriendo que canten con cierto énfasis las caras que me venian a buscar en aquella noche. Aquella noche que Maria Padilla habia nacido en la mugre y la poca pulcritud del rio, en el borde. Tenia la frente arrugada y cara de pocas pulgas. El me dijo que ella vivía en un hotel en pleno centro de Bs As., que sus noches duraban como asombro de gurí, que sus días parecian lo lindo y lo feo que está en el tiempo.
Cuando la fueron a buscar ella queria que me sentara adelante, me mira, la escucho y me dice "qué habrá quedado de él". En días bravos el Pepe supo hacerme un lugarcito en su casa.
Maria agradecida pero no endeudada , por esa época, con su vocecita ronca, comiendo fainá con cerveza, me decía... Si son enfermos los torturadores, qué nos queda, qué buitre podrá? La multitud, que escuchaba en silencio empezó a murmurar, unos médicos franceses que eran los mas entendidos dijeron: despertamos a una chancha que dormia en el portal y ya no pudimos descansar intentamos... pero entonces, mordió el caño y apretó el gatillo.
Nada mas supimos de esos hombres, sólo de vez en cuando las drogas generan jovenes conservadores.
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