miércoles, 6 de febrero de 2013

De cabo a rabo.

Para quienes no lo saben, Cabo Polonio es un lugar en la costa Uruguaya que tiene características muy especiales.
Cuando digo "muy especiales" quiero decir, entre otras cosas, que no tiene luz, ni agua (ni gas, pero eso es en todo el pais).
Tiene un faro en la punta y dos playas: la norte, por donde amanece (en donde parabamos nosotros) y la Sur en donde atardece. Entre una y otra hay unos 300 metros pero de dunas y ´pseudo pantanos con algunos caminos prefijados (NO marcados)
Un lindo espectaculo, claro.

Ustedes no me conocen.
Yo soy una especie de "hija de hippies espritualoides aburguesada" y estoy muy contenta con mi vida.
Trabajo poco porque con eso alcanza para los NADA de lujos que me doy y asi está bien.
No me gusta irme de vacaciones en carpa. Lo hice, lo hago y lo haré, pero no lo elijo como primera opción. Mas que dormir en el piso y la mugre constante, es el temita del baño en la loma del cachilo y que te despierta tanto el calor como el frio porque, convengamos, estas durmiendo abajo de una tela en el medio de la nada.

¿Qué sucede cuando "Leti la burguesa" se encuentra con la naturaleza en todo su esplendor?

Estaba yo leyendo a la luz de las velas.
El día había sido espectacular y mi compañero de viaje, un Don Juan del 2013, estaba pululando por la naturaleza con su nueva conquista (en la playa sur).
Cuando llegué al rancho (muy bien puesto ese nombre) en la playa Norte decidí que iba a tomar vino.
No soy buena tomando vino.
¿Qué quiero decir? Con una copa estoy alegre y hablando pavadas.
Me tomé tres tazas, sola, ya bañada (actividad que se hace llenando un balde con una ducha acoplada, con agua que uno hierve y saca de un aljibe), me dispuse a leer.
Murakami anda medio desilusionandome, pero no es el aburrimiento lo que me llevó a la aventura.
A lo lejos, se veían refucilos y, en una lógica sólo posible en el medio de un estado de embriaguez, decidí comprar velas "antes que se largue" evento que, vale aclarar, nunca sucedió.

En el Cabo, cuando hay luna llena, es como si hubieran prendido un farol, pero, la luna todavia no habia salido y la noche era densa.
El faro tiene una luz que gira.
Usted deberá pensar que el dato es irrelevante, claro, pero el tema es que cuando uno usa un solo punto de referencia y el punto SE MUEVE, entonces perderse está a la orden del día.

Allí me encaminé con una linternita que alumbraba, como mucho, hasta 3 metros, hacia lo de Lujambio, que es el UNICO minimercado que hay. Tiene luz, porque tiene un generador a nafta (que apagan durante el día: ¿Cadena de frio? bien, gracias).
Viniendo de la oscuridad absoluta, entrar allí es como ingresar a una fábrica de lámparas el día de la inauguración.

Ir fué fácil. Bah, no fué dificil.
Al salir, por alumbrame los pies, terminé BIEN perdida.
Me acerco a un rancho en el que había unas chicas y con mi carita de "Te juro que no soy una asesina suelta en el cabo" digo: "Hola chicas! Estoy un poco perdida!"
Me responden: "¿Leti? ¿Sos vos?"
ZAS
Mi cara de buena gente se transformó en TERROR hasta que vi que era Magda, la última conquista de mi amigo, la de la playa sur, la del lado opuesto de mi rancho.
Perdida, es poco.
Me dan unas indicaciones mientras yo trataba de disimular el olor a vino que me salía de todos lados con  cara de seria.
Vuelvo hacia lo de Lujambio para retomar el camino abandonado.
Por supuesto que terminé de alguna manera en una duna previa a una especie de pantano lleno de sapos.
Tuve que desandar parte del camino pero, como había comenzado a salir la luna, ya tenía una referencia que podía ayudarme un poco mas.
En el momento que ya empezaba a reirme de la situación siento que algo me golpea la pierna.
GRITO.
Pero no grito como "Ay me tropecé" o "Ay me asustaste"
GRITO
De terror
Fuerte.

Giro y alumbro a mis espaldas.
Un bruto escuerzo saltaba hacia mi.
Yo lo alumbraba y le decia "shu shu" (?)
Y el sapo, hijo del demonio claramente, saltaba hacia mi.
Cuando la borrachera me dejó pensar mejor, giré sobre mis talones y apuré el paso.
Al fin de cuentas era un sapo, no un lince.

A los pocos metros unas chicas salieron de un rancho y yo puse mi mejor cara de "¿Quién habrá sido la loca que gritó asi, no?"
Al abrir la puerta Ariel me dice: "Amiga ese girto fué tuyo, ¿no?"
De la tentación me costó dormirme.


5 comentarios:

SirThomas dijo...

Muy buena la anécdota (para ser leída al menos).

A veces una pluma o algo mínimo rozándote la piel en el medio de la nada o de la perdición más absoluta genera un miedo inversamente proporcional al posible daño que nos pueda causar. Y más si son sapos o escuerzos dispuestos a terminar con nuestras vidas.

Saludos.
SirThomas.

Un Caminante dijo...

Dos años seguidos a Uruguay y todavía no conozco Cabo, creo que en algo estoy fallando. Por lo menos creí estar leyendote, todo un logro.

Al fin pudiste publicar la foto...sin censura. No todo está perdido (?).

Leticia dijo...

No se quien sos caminante!

Anónimo dijo...

ese "girto" es tuyo.

Un Caminante dijo...

Caminante que da vueltas como un loco. O almorzando asados los domingos en el Mitre.