miércoles, 19 de noviembre de 2008

Segun pasan los años


Espejo.
EN casa hay pocos y pequeños, había.
Me compré un espejo grande, GRANDE, XL.
Y me vi…
No soy particularmente amiga de mirarme en los espejos, ya lo sabes. No soy de las que van por la calle y se miran en las vidrieras. Me compro ropa sin probármela (odio probarme la ropa en esos mini vestidores, con calor y mal iluminados). Pero me ví.
¡Ay! Nunca vi tan de cerca el cambio violento en un cuerpo. Claro, ya lo se: el cambio no fue violento, pero yo me re-encontré conmigo como dos años después.
Honestamente, ya se lo que pasó, pero me da vergüenza contarlo.
Hace un par de semanas, coincidentes con la llegada del espejo a casa, me di cuenta que estoy mas cerca de los 30 que de los 20… MUCHO más cerca, peligrosamente mas cerca. Y todas esas cositas que le escuchaba a decir a las “treintañeras” hoy son mías.
Y escucho a las “Veinteañeras” decir: -Yo como de todo- y pienso -Ya te va a llegar-, con un dejo de nostalgia y porque no, de envidia.
También reconozco que no tengo 40, pero tengo casi 30 y… en el cuerpo se notan. En el cuerpo y en los cajones y en los estantes y en la cuenta bancaria.
La ropa ya no es cualquiera. Ya no tengo “lo que se usa” por que “lo que se usa”, ya no me queda o me sienta pésimo (y si nunca me gusto mucho ir a la moda, hoy por hoy hasta me da bronca)
Ni hablar de las polleras o shorts cortitos. Esos hacen que se vean mi última adquisición, unas venas verdosas/azuladas que tengo en las piernas y que se notan desde varios metros de distancia.
Las estanterías están llenas de cremas. Una para las arrugas de la frente y las patas de gallo (no soy un pergamino, pero dame tiempo), una para el cuerpo y una para el sector que creció, insisto, violentamente, en los últimos 2 años y que trajo consigo un hermoso padecimiento: la celulitis.
Mi cuenta bancaria sufre: No me gusta comer cualquier cosa pero además, no me puedo dar ese lujo, todo lo dicho arriba sustenta esta afirmación.
Mis debates entraron seriamente a formar parte de la ambigüedad entre lo que me gusta y lo que me hace bien.
Y es ahí adonde entran los consuelos: “…Soy mas intelectual que física y mas racional que práctica…”, ó “…tengo otras prioridades en la vida, y el que me quiera que lo haga asi, como soy…” entonces, me dirijo hacia el espejo, y sonrío y me digo que tengo que aprovechar ahora, porque en unos 5 años mas, según mi propia curva de desgaste, voy a dar pena.

(A vos vieja, te digo, tus comentarios para esta entrada no valen, para vos siempre voy a ser hermosa y tu falta de objetividad, me asusta)

1 comentario:

Mariano Spini dijo...

Por mas que lo sepan lo repito, el tiempo pasa para todos por igual. Hay una frase que me gusta recordar de vez en cuando "La muerte esta tan segura de ganar que nos da toda una vida de ventaja". Lo mas importante es que nuestra estadía en este tiempo de gracia sea lo mas placentera posible. Cada tanto, en esos momentos depresivos (que debo admitir en esta ultima epoca son mas frecuentes) me pregunto soy realmente feliz?, por suerte la pregunta me remonta a un balance general de los ultimos acontecimientos, donde las cosas buenas siempre superan a las malas.
Amor mío, con esto quiero decirte que lo mas importante es lo que nos pasa adentro, es pasar un buen rato, toda una vida para ser precisos, donde el balance sea positivo.
Te amo con el alma y creo que yo, ademas de tu querida madre, siempre voy a verte hermosa!